02 agosto 2007

Inventario de un pueblo diferente

Inventario de un Pueblo Diferente


Marzha Navarro

Hechos anecdóticos ilustrativos... aparece en el campo una víbora entre tres mujeres, una alemana, una brasileña y una paraguaya. Simultáneamente, mientras la brasileña pensaba qué hacer, la alemana salió a buscar un manual de instrucciones a fin de investigar si era venenosa o no, y la paraguaya agarra un palo y la mata, inmediatamente.


En México, en un ciclo de conferencias sobre los Jesuitas en América, se menciono con destaque, al indígena paraguayo como el menos esclavizado, lo que explica también porque es el país con menos templos católicos construidos con manos de obra indígena.


Se constatan serias enfermedades infecciosas en manos y pies de todos los miembros de un asentamiento indígena. Cuando llega un medico, por mas enfermos que estén, no todos indígenas se acercan al auxilio del profesional, necesitan verificar de lejos los procedimientos con otros, hasta adquirir la confianza. De repente se forma una inmensa fila, pero sorprendentemente y con la misma instantaneidad, y sin ningún ruido aparente que indique un dialogo de consenso, desaparecen de la fila, abandonan la posibilidad de curarse, por libre y espontánea voluntad, y con la alegría de quien burlo a alguien. Otros luego de que se les aplicaron las medicinas en las heridas, las sacan como quien quiere librarse de una suciedad inútil. De veinte indígenas cinco se curan rápidamente con la medicina del galeno, diez se curaran mucho más tarde con medicinas naturales buscadas por ellos mismos, y los otro cinco estarán entre la vida y la muerte debido a las infecciones, gangrenas y etc.


La reacción y comportamiento del indígena delante de un medico, es la misma delante de las escuelas, de los maestros, de los funcionarios públicos y o, delante del que represente un cambio en sus vidas. El indígena esporádicamente deja de enviar a sus hijos a la escuela -decisión repentina e inexplicable-, lo que perjudica grandemente el desempeño, el desarrollo y la integración del niño.


En la educación en el seno de la comunidad siempre prevalecerá la filosofía de que el niño no tiene que llorar, o sea se debe hacer todo lo que la criatura quiere. Cuando el niño desea algo prohibitivo se lo engañara con cualquier mentira rápida o con algo que lo distraiga y lo haga olvidar aquel objetivo, nunca lo dicen NO.


Segunda Parte
El Paraguayo es un pueblo totalmente diferente. Para empezar es un pueblo que no quiere progresar. Reitero. No quiere progresar. Muchos analistas, superficialmente, dicen que el pueblo paraguayo es cretino, pero no es cierto, si fuera cretino seria débil y ya no existiría mas, y con todo lo que ya aguantó! Al contrario, constantemente me deparo con impresionantes formas de razonamiento, gente super inteligente, una inteligencia con códigos diferentes, tal vez sea la famosa inteligencia emocional, creo tratarse de una inteligencia ecológica –exótica- nativa y altamente compleja, pero inteligencia al fin. Es algo que podríamos encontrar con alguna explicación cósmica o metafísica.


La mayoría de los Paraguayos conocen, pero no quieren vivir mejor. Sienta en una confortable poltrona acolchonada, la disfruta, pero de pronto quiere volver a su viejo apycá (banco de madera). El pueblo paraguayo (la masa) no se enveneno con el capitalismo ni con el consumismo. No son cobardes, pues no obedecen, con su estrategia de parálisis, haciéndose de muertos, ellos se rebelan, y aguantan hasta que pase el peligro, recordando que a veces el peligro puede ser solamente algún tipo de cambio. Por eso y así sobreviven hasta hoy. Ellos se ríen de todos los que los quieren venir a imponer algo, o emprender un proyecto diferente, hasta de los americanos o de los brasileños se ríen, se ríen de los que creen que los esta engañando, no los teme, dicen que SÍ y hasta parece que se achican, pero luego se burlan, se divierten en una complicidad casi silenciosa, elaborada telepáticamente, pues comunicación amplia, nunca se nota, y no hacen nada de lo que prometieron. En esta complicidad se juntan universitarios y analfabetas, ricos y pobres, honestos y deshonestos. Prevaleciendo la mentalidad indígena de NO cambios.


Es el único país que no privatizo nada, el que menos acata las recetas de los organismos internacionales especializados en las reformas del Estado. Hay lideres por todos partes pero auto anúlase y anulan al otro porque todos creen (aun inconscientemente) solamente en el liderazgo del Jefe Máximo.


Los paraguayos son viajeros, casi todos algún día cruzaron las fronteras, miraron, conocieron, admiraron, pero no aceptan ninguna influencia o algún cambio para llegar a algo similar a lo que admiro en otro país. Al contrario, se rebelan en contra del que intenta un cambio. Pero cuando vive en otro país por mas adelantado que sea se adapta maravillosamente, Y eso prueba y comprueba que no tienen miedo al cambio como muchos afirman, en el exterior se manejan siempre con destacada calidad de servicio, de trabajo o de estudio. Saben vivir perfectamente en cualquier situación, pero... sueñan con regresar a su "hábitat natural" sin confort y casi sin nada. Hay dos por ciento de indígenas, pero, según el Sociólogo Doctor Enrique Ibarra, la mayoría de la población no indígena posee mentalidad indígena, por eso también, según observo un analista del Deutsch Bank, el respeto, o la conciencia de la propiedad privada o de la cosa ajena, puede ser relativos.


El pueblo paraguayo cree en el gobierno personificado o sea concentrado en una sola persona como el Mboruvicha, el jefe máximo, el Cacique. Ven al Presidente de la República y a su esposa como sus Padres, por eso no aceptan a los políticos jóvenes. No conciben un equipo de trabajo. La democracia participativa y organizaciones no gubernamentales serán muy difíciles de implementarse con esta mentalidad.


PARAGUAY es el país de las contradicciones, ninguna encuesta por mas sofisticada que sea, podra revelar la verdad verdadera de esta gente, porque ellos desconfían y "se cuidan", si se sienten amenazados, mienten en sus respuestas. Los representantes de organismos internacionales siempre son tomados de sorpresa en las revelaciones de las encuestas cuando comparadas con la realidad. Todo esta por hacerse, pero el que intente cambiar o enderezar rumbos, será obstaculizado de todas formas posibles, será excluido por la mayoría.
En Paraguay cuando hablamos de excluidos hablamos de los hombres y mujeres mas preparados y con gran capacidad de acción para cambios; y de mentalidad NO indígena. Por eso los intelectuales afirman y es verdad que el Paraguay es el cementerio de las teorías, de las ideas, de las ideologías. Así como también de la lógica.


El alimento de hoy es lo que importa, la cantidad no la calidad.
La inconstancia en su actuar es la característica principal, en todas las camadas sociales y en todas las edades. El Paraguayo, puede desarrollar perfectamente algún proyecto emprendido pero de repente lo abandonara sin ninguna explicación, abandonando inclusive también un altísimo sueldo y alta calidad de vida. Comportamiento una vez mas comparado al del indígena. Son productivos pero no son constantes. Si alguien con visión previsible los intenta alertar a los Paraguayos sobre algún peligro eventual, para evitar catástrofes, como las inundaciones, por ejemplo. No toman a esta persona como amiga, al contrario dicen que esta persona esta llamando la mala suerte y la acusan de querer que venga la inundación. Otro comportamiento similar al del indígena. (Considero interesante entender que, acatar o no el cambio o las reformas estatales recetadas por los organismos internacionales especializados o por el Mercosur no son opcionales, pero en el caso del indígena, sí tienen este derecho universalmente reconocido). Cualquier proyecto de desarrollo y crecimiento elaborado para Paraguay deberá contemplar la realidad anteriormente mencionada. Cada proyecto deberá contar con la asistencia profesional de un psicopedagogo, un antropólogo y un sociólogo, de preferencia siempre alguien entendido, estrenado o capacitado en indigenismo quien deberá monitorear el desarrollo de cada proyecto, con o sin indígenas, un trabajo sutil de equipo que eduque, explique y enseñe a querer y aceptar este cambio. Las armas e instrumentos principales de trabajo deberán ser amor, cariño y mucha paciencia, sin agresiones. Debe ser política generalizada de Estado educar para querer y aceptar el cambio, sin forzar. Debemos respetarlos tal como son e ir desarrollando todos los proyectos normales como en otros países pero bajo la óptica indigenista, superando los obstáculos, resistir a la resistencia, sin agresividades, ni grandes presiones, dejarlos en la libre opción para integrarse o auto excluirse de cada proyecto emprendido, en cada asentamiento o barrio o ciudad o en cooperativas, experimentar la posibilidad y la suposición de que al ver resultados positivos en los primeros ejemplos se acercarían lentamente hasta adquirir confianza propia, desarrollada por su propia observación y crecimiento, y con la ayuda de los especialistas, anteriormente mencionados.



Debe ser una política educativa con psicología indigenista, obviamente con intensos subsidios del Estado a todos los medios de comunicación masiva asumiendo su responsabilidad social y trabajar con vehemencia en la educación de toda la población, pero bajo esta óptica, repito, la indigenista. Educar para el progreso, para el trabajo, para la integración con otros países, en la medicina preventiva, en deberes y obligaciones, conciencia jurídica, conocer las leyes, la Constitución y para la democracia (que es el gobierno de la mayoría), con participación plena, activa y constante. Por más diferente que sea siempre es mejor respetar la libre y auto determinación de los pueblos, el Paraguay es un país muy interesante de conocerse y su población merece respeto.

Ser indígena o tener la mentalidad indígena, no es vergonzoso es una característica, es idiosincrasia, es un estado de animo, es sublime y es motivo de orgullo, es lo mas bello porque es la esencia misma del ser humano, es la esencia que ahora los ecologistas y los humanistas quieren rescatar. Debemos entender que, el pueblo paraguayo es mentalmente libre, el menos colonizado, en toda América y a pesar de las guerras, las masacres que sufrió, sigue de pie, eso nos muestra su resistencia, su fortaleza y su misterio.
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